Considerado como un cuarto bate en la dirección de arte de la República Dominicana, Ian Víctor también es conocido por su famoso «ojo biónico» para detectar si las cosas están derechas, talentos que, hoy día, pone al servicio de Modafoca, una agencia de diseño, creatividad y cultura que concibió en el 2004 junto al artista Jorge González.

Pero esta suerte de «superpoderes» artísticos, que trae consigo en su ADN—probablemente heredados de su padre, el cantautor Víctor Víctor— y que desarrolla al formarse tanto en CHAVÓN La Escuela de Diseño como en la neoyorquina Parsons School of Design y en la Escuela Universitaria de Diseño e Ingeniería de Barcelona (Elisava), se ven complementados por un amplio rango de alcance que va desde la ilustración y el diseño hasta la dirección de arte y animación 2D.

A partir del 2000, su profesionalismo y don de gentes han dejado huellas indelebles en las empresas locales e internacionales en las que ha colaborado; entre estas cabe destacar Nice, Litmedia Productions, Cumbre Nazca Saatchi & Saatchi y CHAVÓN La Escuela de Diseño.

A propósito de CHAVÓN, su alma mater, donde ahora funge como coordinador de la carrera técnica de Diseño de Comunicación, el propio Ian confiesa: «Ha sido una experiencia bellísima volver a casa, y un orgullo enorme tener la oportunidad de devolver a CHAVÓN un poco de todo lo que me ha dado. A eso se suma lo que he aprendido de los estudiantes, sin dejar de mencionar a los profesores, quienes son profesionales del más alto nivel».

Para este creativo: «El ojo, la mano y la mente son las herramientas esenciales para cualquier diseñador. CHAVÓN cultiva la sensibilidad por el diseño, construye las habilidades y técnicas necesarias para la ejecución de una idea, y ayuda al estudiante a asumir su rol como agente de cambio con profesionalismo y responsabilidad».

As if it were pure palmistry, the lines on Ian’s hands have a meaning that is more than clear to experts: his destiny is to support emerging artists, national and international, as he has done since Modafoca, his multidisciplinary gallery space, where he gives his backing to those who have “something different to say” graphically.He does the same at CHAVÓN, where, through the Communication Design program, he prepares hisstudents to carry the design process with them with rigor. Of this he asserts, “We believe that this is the way to develop a critical eye for imagining, evaluating, and creating holistic and innovative solutions to all types of problems.It’s time to reinvent new futures, new possibilities.” 

This enterprising man knows, through his own experience, that “a CHAVÓN graduate shines under any situation, given the rhythm and the intensity of the School, whose programs are practical and demanding.” Says this seasonedcreative, “CHAVÓN’s reputation, which everyone knows, is that it makes us resilient, adaptable, and, above all, incomparable!”