De egresado a graduando: Mario Dávalos, “Estudiar en CHAVÓN es tener visión”.

Chavón cambió mi vida porque me dio una comunidad, pero también porque me enseñó a observar, a componer marcos conceptuales, a valorar el proceso creativo y a comprender el poder del lenguaje, ya sea pictórico, escrito o corporal”.

5 de Mayo de 2022 | Discurso a la 38va clase graduanda de CHAVÓN La Escuela de Diseño

Por Mario Dávalos (Egresado de Bellas Artes, 1999)

Buenas tardes Chavoneros,

Estoy seguro de que todos ya han escuchado esto antes, pero tengo que comenzar por ahí: Chavón literalmente cambió mi vida. Antes de llegar a mi primer verano en Chavón, en 1997, sentía que todos en el colegio, en el vecindario, mis primos… Que todos pertenecían a otro mundo al que yo no podía entrar: que valoraban y disfrutaban cosas diferentes y que teníamos visiones completamente desconectadas. Ese primer verano Chavón me enseñó que no estaba solo y por primera vez me sentí parte de una comunidad, a las que ustedes hoy pertenecen y a la que le decimos: Chavoneros.

Hay muchas cosas que me gustaría contarles sobre lo que he aprendido en los 23 años desde mi graduación, pero no me da el tiempo, así que aquí van algunas que creo importantes.

Hagan un gran esfuerzo por retener sus amistades de hoy. Yo no lo he logrado, y me arrepiento. Las amistades que se hacen aquí son irremplazables. Para mi mala suerte, todos mis grandes amigos Chavoneros viven en otros países, y justo ayer, mientras corregía estas líneas, recibí de sorpresa una llamada de uno de ellos. Cuando salgan al mundo profesional y a las responsabilidades cotidianas, es fácil desconectarse y perderse. Únanse. Hagan proyectos juntos. Mantengan vivas las sesiones de críticas e ideas. Apóyense. No pierda la inocencia ni los grandes sueños. Sueñen juntos. Trabajen juntos.

Si ustedes hubieran nacido en la estepa asiática en el siglo doce, hubiera sido valorados en la sociedad, por ser buenos guerreros o cazadores. Si hubieran nacido en Florencia en el siglo quince, hubiera sido valorados por ser grandes artistas o arquitectos.

Hoy vivimos en el mundo del dinero y la popularidad. Y para ustedes, o mejor dicho, para nosotros, que somos creadores, es un poco más cuesta arriba encontrar su espacio en un mundo de productores y consumidores. Un ejercicio tan natural para nosotros, el de crear por crear, es difícil de comprender para los que solamente ven un bien comercializable en cada creación. Insistan. Persistan. Sean obsesivos. Confíen en sus instintos, analicen la data y desconfíen de sus creencias. Póngalo todo en duda, menos la obsesión por seguir creando y aprendiendo.

Ser artista en medio de la vorágine de información y avaricia, pareciera una contradicción o una desventaja, pero les prometo que aunque al principio parecerá una dificultad, es en realidad nuestra mayor ventaja competitiva. Chavón cambió mi vida porque me dio una comunidad, pero también porque me enseñó a observar, a componer marcos conceptuales, a valorar el proceso creativo y a comprender el poder del lenguaje, ya sea pictórico, escrito o corporal. Me permitió cultivar la capacidad de comprender la relación entre una idea y otra, cómo conectarlas para componer una historia más grande y presentarla a los demás. Me enseñó a alimentarme de entusiasmos, a imaginar y ejecutar lo imaginado.

Los artistas y diseñadores, somos detectores de problemas desconocidos, somos creadores y contadores de historias a través de los códigos y artefactos de nuestra creación y nuestra forma de entender las dinámicas sociales y políticas del mundo. Asumimos riesgos porque nos comprometemos con una visión y estamos dispuestos a enfrentar las consecuencias … Y esa, queridos Chavoneros, es la definición de ser emprendedor.

Todos nosotros somos emprendedores. Esto es algo que quisiera que alguien me hubieran explicado en mi graduación, pues me hubiera permitido asumir mi rol en la sociedad con mayor claridad y propósito. Somos emprendedores dispuestos a arriesgarlo todo por una visión. Si estamos aquí, es por vocación. Haber decidido estudiar en Chavón, es evidencia de la visión que tuvieron para sus propias vidas. Haberse graduado de Chavón, es evidencia de la valentía que han tenido para enfrentar y terminar el programa. Pero ahora viene la parte meas compleja y más difícil, y tendrán que demostrar que tienen la disciplina para persistir sin decepcionarse ni rendirse.

Ustedes van a salir a un mundo que valora cosas distintas a las que se valoran en su carrera. Donde las críticas no son siempre constructivas ni bien intencionadas como son en un salón de clase. Donde la jerarquía social no depende del talento ni del trabajo ni del compromiso, sino del poder. Entiendan cómo funciona el sistema y luego trabajen para transformarlo.

Hace 16 años comencé una empresa, Capital, que hoy es parte de algo más grande llamado La Sociedad. Para bien o para mal, este pequeño grupo empresarial es producto de un artista manejando una negocio y de un negocio manejado como un proyecto de arte. Y eso me parece hermoso. Los riesgos que junto a mis socios y mi equipo he asumido, no los hubiera podido enfrentar, si no valorara el proceso tanto como los resultados y si no estuviera comprometido con crear, no solamente con producir. Les ruego no salgan al mundo a adaptarse, sino que salgan a crear un mundo donde no haya que hacerlo. Que no cedan, sino que conecten. Mantengan viva la comunidad, creen colectivos de arte y grupos de apoyo, creen empresas, talleres y galerías, peñas y tertulias, pero háganlo juntos.

Sean vocales y esparzan sus ideas. Trabajen para conectar sus visiones con las necesidades de la sociedad. Identifiquen problemas y preséntelos bajo una nueva luz. Hagan muchas preguntas incómodas.

Chavón no puede ser solo una escuela de arte, tiene que ser también un amplificador del ejercicio intelectual a favor de la República Dominicana y el resto del mundo. Una vez tengan una buena idea, creen un sistema a su alrededor, inyéctenle ideas de sus compañeros y conviértanla en herramientas y en plataformas. Rodéense de gente talentosa pero sobre todo buena onda. Hagan cosas. No se queden con ideas en el cuaderno. Hagan cosas. No se rindan ante los rechazos. Hagan cosas. Aunque no queden perfectas, pero hagan cosas. No se diluyan en el mundo, intervénganlo y mejórenlo. Hagan cosas, aunque a nadie les interese, aunque nadie las compre. Hagan cosas en las que ustedes crean y alrededor de las cuales puedan reunir personas y propósitos. De eso se trata esto de ser Chavoneros: de utilizar el poder de la comunidad para resaltar el talento de los individuos.

Por último, recuerde que es el dinero el que persigue a las ideas, no las ideas al dinero.

Hoy ustedes son oficialmente Chavoneros y el orgullo es tanto de ustedes como de todos nosotros. Bienvenidos y felicidades.